Algunos de los signos que podrían indicar que una persona está poseída son:
–          Experimenta cambios bruscos de actitud, resultando irritable y violento
–          Cambia su humor, tornándose en un humor negro, sarcástico o  malvado
–          Presenta problemas para conciliar el sueño, continuas pesadillas, habla en sueños
–          Habla idiomas extraños o recita textos incomprensibles
–          Cambia el olor que desprende, le atraen insectos, cementerios, morgues
–          Siente repulsión por objetos y temas religiosos
–          Su fuerza resulta incrementada descomunalmente
–          Puede hacer movimientos que causan daños a las articulaciones o presentar heridas, llagas y ampollas.
–          Ansia de sangre