En el siglo XX se creó el dicho de «Nunca las segundas partes fueron buenas». Esta frase se puede aplicar a muchas situaciones y circunstancias. A finales del siglo XX existió una gran cantidad de secuelas de películas que buscaban el mismo éxito de la primera parte y que, sorprendentemente, por falta de originalidad, no consiguieron el aplauso del publico.

Sin embargo, esta frase tiene su origen nada más y nada menos que en el capítulo IV de la ‘Segunda parte del ingenioso caballero don Quijote de la Mancha’, poniendo Miguel de Cervantes en boca del bachiller Sansón Carrasco, a modo de auto parodia, el siguiente texto:
Sí promete -respondió Sansón-, pero dice que no ha hallado ni sabe quién la tiene, y así, estamos en duda si saldrá o no; y así por esto como porque algunos dicen: «Nunca segundas partes fueron buenas»

La parte en la que se afirma algunos dicen nos hace pensar que ya entonces era una frase proverbial y que esta sabiduría ancestral se sabía ya en el siglo XVI.

Si aplicamos esta frase a la pregunta que hacemos en el título de este artículo ¿Cuántas oportunidades se tienen que dar en el amor? La respuesta es clara. Ninguna puesto que una nueva oportunidad implica que tropecemos otra vez con la misma situación.

La taróloga y clarividente Teresa, experta en temas sentimentales y en el tarot del amor afirma que: «el amor es siempre esa constante de dar oportunidades porque en el fondo uno proyecta el deseo de que el otro cambie».
Cuando damos otra oportunidad tenemos la fe ciega y la esperanza de que la otra persona cambie. Pero es algo que no depende de la persona que da la oportunidad. Es un riesgo que hay que correr. En palabras de Teresa: «Sabemos que el cambio tiene que salir de uno mismo, que uno no cambia si uno no quiere».

Las segundas oportunidades son una opción válida para algunas parejas

Una segunda oportunidad es definitivamente algo bueno para dar y recibir.

Existe esta famosa cita de David Millar:

La gente comete errores y deberían ser castigados. Pero tienen que ser perdonados y darles una segunda oportunidad. Somos seres humanos

 

Cuando alguien hace algo mal, no olvides todas las cosas que hizo bien. Todos somos humanos y los humanos cometemos errores. No dar una segunda oportunidad puede hacer que te arrepientas de tu decisión en el futuro. Así que es seguro dar al menos una oportunidad, por última vez. Nunca se sabe cuándo las cosas pueden caer en su lugar.

No es cómo cometemos errores, sino cómo los corregimos lo que nos define. Si la persona realmente lamenta el error y está dispuesta a arreglar las cosas, definitivamente se le permitirá intentarlo.

Una oportunidad no es mala, pero no dejes que se convierta en un hábito. Porque cuantas más oportunidades le des a alguien, menos respeto empezará a tenerte. Todos merecen una segunda oportunidad pero no por el mismo error.

¿Cuáles son las ventajas y desventajas de una segunda oportunidad?

La ventaja es que le estás dando a la persona otra oportunidad si realmente planea mejorar. Pueden ser mejores personas de lo que eran antes. Demuestra que puedes perdonar. La persona puede cumplir su promesa.

Las desventajas son que la persona podría traicionarte o lastimarte nuevamente. Es posible que tenga que volver a quemarse por sus defectos. Si alguien te engañó o te engañó, es probable que repita si no hizo algo también para hacer un cambio. Si se equivocan después de esto, entonces tienes que preguntar, ¿le doy otra oportunidad a esta persona o has terminado?