¿Qué hay realmente detrás de la historia del Ave Fénix, el ave de la inmortalidad, el pájaro que se levanta de las cenizas?

El Fénix es conocido de varias maneras y por diversos nombres en todo Medio y Lejano Oriente, el Mediterráneo y Europa. Es un símbolo de resurrección. El nombre Fénix puede haber venido del griego phoînix y puede estar relacionado con phoinos (rojo sangre).


En el antiguo Egipto, el Fénix era llamado el «Señor de los Jubileos» y se lo consideraba el ba (espíritu) del Dios del Sol Ra. En Mesopotamia, el Fénix es representado por el disco solar con cuernos y alas. Los alquimistas usaron el Fénix para simbolizar el color rojo y el final exitoso de un proceso.

Los hermetistas medievales utilizaron el Fénix como símbolo de la transmutación alquímica.
Las leyendas cuentan que el Fénix tenía plumas rojas y doradas, del color del sol naciente. Tenía una voz maravillosamente melodiosa, que se volvió triste al acercarse la muerte. Otras criaturas se quedaron tan abrumadas por su belleza y tristeza que cayeron muertas.
De los textos antiguos, descubrimos que solo un fénix podría vivir a la vez. Solo hay uno. Según otras fuentes, el Fénix puede vivir hasta 97.200 años.

La tradición dice que el Fénix se alimentó solo en el aire, sin dañar a ninguna otra criatura. Vivió una vida solitaria en una tierra lejana, llegando a tierras habitadas por humanos solo cuando estaba listo para morir. Si el pájaro resultó herido, poseía el poder de curarse a sí mismo.

Cuando el Fénix llega al final de su vida, prende fuego al nido y a sí mismo y se convierte en cenizas. A continuación, el nuevo Fénix recoge las viejas cenizas y las lleva a la ciudad egipcia de Heliópolis para ofrecerlas al Dios del Sol. Se dice que las cenizas que se depositan en el Altar del Sol tienen el poder de resucitar a un hombre muerto.