Muchos pueden pensar que el mundo del tarot y la videncia a día de hoy es para gente ilusa que deja en manos de profesionales como nosotros la toma de decisiones vitales en sus vidas. Que conocer el futuro y lo que está por venir es cosa de bobos que esperan la buenaventura que nunca llega o que los sueños, sueños son.

NADA MÁS LEJOS DE LA REALIDAD, se ha demostrado que nuestro subconsciente tiene anhelos y advertencias para nosotros que nos hace llegar a través de los sueños, que dejar que el azar partícipe en nuestras decisiones nos aporta paz y despeja nuestra mente para dejar espacio a lo que de verdad importa y que dejar en manos de profesionales como nosotros daros la oportunidad de dar un buen consejo o un evento tanto bueno como malo que este por llegar, nos facilita la preparación consciente a dichos hechos y nos permite conocer e interactuar gracias a los astros con cosas del universo que se nos escapan a nuestra percepción.

Cabe destacar que el mundo de la videncia, el tarot y la astrología, entre otras, han sido durante muchos siglos habilidades veneradas por los dirigentes y poderosos para ayudar en los asuntos más importantes de gobierno, traiciones en la corte, estrategias de batallas, así como para llegar a los conocimientos más ocultos.

No debemos olvidar que hace muchos años, se creía que la Tierra era plana, y luego descubrimos nuestro gran error cuando se demostró que era redonda. La ciencia tenía como seguro supuesto que la partícula más pequeña del universo era el átomo, y, sin embargo, ahí estaba el neutrino, muchísimo más pequeño que este esperando a ser descubierto por científicos cualificados.

Quienes somos nosotros entonces para desechar la idea de que existen aún muchas cosas por descubrir en este mundo y que contamos en él con personas capaces de percibirlas, con dones y sentidos excepcionales que pueden llegar a ver el universo de una forma que los demás aún no alcanzamos a descubrir, pero que están ahí y existen profesionales capaces de interpretarlas para nosotros y ayudarnos con nuestro día a día.

Que pasaría si os dijéramos que MUCHOS ESCRITORES Y ARTISTAS, ya en su época y hoy en día, acudieron al tarot y a la videncia para ayudarse en la creación de sus obras….

Veamos:

Philip K. Dick, el premiado y reconocido escritor de Ciencia Ficción, escribió El hombre en el castillo, su historia alternativa sobre un «Estados Unidos nazi», tirando monedas sobre la mesa. Por entonces andaba entusiasmado con el I-Ching, suerte de conjuro adivinatorio chino basado en el azar. Lo que el desesperado escritor, en busca de respuestas a su necesaria y constante toma de decisiones hacía, era lanzar monedas al aire y comprobar después si habían salido dos o tres caras (lo que equivalía a un  a lo que tuviese en mente) o dos o tres cruces (lo que equivalía a un no).

Se sabe que estaba obsesionado con el asunto porque incluso los personajes de la novela durante la trama no hacen otra cosa que consultar a sus monedas antes de tomar cualquier decisión.

El último libro de Sheila Heti, el fascinante ensayo crónica Maternidad (Editorial Lumen), se abre con una charla de la propia autora con sus tres monedas. Ella les hace preguntas, las monedas responden: “¿Este libro es una buena idea?” – “Sí” – “Me duele la cabeza. Estoy muy cansada. No debería haberme echado la siesta. Pero si me la hubiera echado estaría aún de peor humor, ¿verdad?” – “No”–.

 

 

“Con el I-Ching solo dialogas, con el tarot además puedes encontrar un relato en medio de toda la confusión”, opina Jessa Crispin, escritora, viajera y tarotista que ha recopilado

todos estos datos interesantes en su obra:

“Ocurrió en mi caso y sigue ocurriendo que las cartas del Tarot no es solo que te den el cómo, el qué, el cuándo y el dónde, en el caso de que busques orientación artística, es que van a ayudarte a darle sentido al caos. Cuando empecé a usarlas, de hecho, me contaron una historia nueva sobre mi vida”

  • Para Leonora Carrington, pintora surrealista, las cartas actuaban como espejos. Te mostraban algo que no habías sido capaz de ver.

 

  • Sylvia Plath las utilizó para, al menos, componer los tres primeros poemas de Ariel, estableciendo lo que los iniciados llaman una tirada inacabada a través de ellos, y William Butler Yeats usó una y otra vez la imaginería tarotista en su obra Sangre y Luna, porque siempre le atrajo el lado oscuro: fue incluso miembro de una orden secreta.

Aunque el tarot para algunos escritores nunca fue algo creativo: consultaban a tarotistas cada vez que tenía que tomar una decisión importante, como Paloma Travers que adoptó a su hijo porque se lo dijeron las cartas.

La lista de escritores y no solo escritores como Brian Eno. Que diseñó su propia baraja, que han coqueteado con el tarot es infinita. ¿Por qué?

“Tal vez sea la necesidad de narrativa, o que todos están abiertos a lo intuitivo”, contesta Crispin, la escritora de esta obra: El Tarot Creativo: “Una Guía Moderna para una vida Inspirada” donde podréis encontrar aún más curiosidades, anécdotas y hechos sobre el mundo de la videncia y sus consultores. Pues ante la toma de cualquier decisión, se diría que algunos artistas utilizan el azar no solo para darse confianza o seguridad – “es como si se dijera: Estoy haciendo lo correcto”, añade la escritora – si no también encontrarle un sentido. “La idea no es usarlas para predecir el futuro, sino para desplazar la atención a cierta parte de nuestra vida, para intentar comprender qué nos pasa y por qué”, explica la autora.

Crispin, la autora y fuente de los datos curiosos de este artículo, empezó a juguetear con el tarot de adolescente, pero no fue hasta que cumplió los 28 que empezó a dominarlo. Fue entonces cuando lo convirtió en algo así como su mejor amigo, alguien con quien dialoga, ella pregunta, las cartas, como las monedas, responden, y no con un  o un no, sino con una imagen que en cada caso puede significar algo distinto, y cuyo diálogo le da sentido a lo que le pasa y lo que hace.

“Cada día me saco una carta que explica en parte lo que va a pasarme”, Pero ¿no condiciona el hecho de saber que puede ser un fiasco?

 

 Imaginemos que la carta es El Demonio, ¿el que acabe siéndolo? “Sí, desde luego, pero supongo que en eso consiste”. El carro, por ejemplo, dice, es la carta más “cabal” de todas. “Si un día me sale El carro querrá decir que voy a estar centrada”.

¿Se les hace siempre caso? “No es fácil”. Digamos que les hace caso cuando lo que le dicen encaja con su propio relato en marcha.

 “Lo importante es siempre seguir tu instinto”, concluye, no sin antes recordar, que sigue sin ser la única escritora hoy en día que se guía con el tarot, pues “casi todos mis clientes son artistas”.