Iván
Marta estaba comenzando a salir con un chico que era vecino suyo. Se llamaba Iván, y la magia surgió una tarde que se encontraron en el supermercado comprando.
Esa tarde entablaron una conversación entretenida y agradable, de la que surgió una «primera cita». Marta e Iván quedaron para tomar un café juntos algún día.
El día de la cita
Marta iba muy distraída y sufrió un tropezón con un compañero de trabajo. A Marta se le cayeron todos los papeles que llevaba en las manos.
Ella rápidamente se disculpó y su compañero, muy caballeroso, en seguida comenzó a ayudarla a reordenar todo el papeleo que había salido por los aires. Marta volvió a disculparse, pero su compañero le dijo que no se preocupase, que había sido culpa suya. Entonces ella le preguntó su nombre y él dijo que su nombre era Óscar.
La comida
Acto y seguido, Óscar le ofreció a Marta que fuesen a comer juntos. Al principio ella se negó, pero al ver que Óscar insistía aceptó. Ya que el café con Iván no era hasta la tarde.
Durante la comida, Marta y Óscar lo pasaron muy bien, pero después del postre Marta se despidió rápido para llegar a tiempo al café con Iván.
Ya por la noche, tranquila en casa, Marta no paraba de sonreír lo bien que lo había pasado y lo mucho que Iván le gustaba. Esto la llevo a quedar con él más veces y en poco tiempo Iván y Marta tenían una relación formal.
Óscar
Todo era maravilloso, hasta que un día Óscar y ella se volvieron a encontrar. Óscar le preguntó cómo le iba la vida y ella respondió que muy bien. Hablaron un rato y se contaron novedades. Pero entre esas novedades, Marta no había hablado ni una vez de Iván, tampoco mencionó que tenía novio formal.
¿Por qué? Lo cierto es que ni ella misma lo sabía, o más bien no quería aceptarlo. La realidad era que a ella siempre le gustó Óscar, y era evidente que a Óscar también le gustaba ella.
Volver a quedar
Así que la siguiente vez que Óscar y ella se encontraron, Óscar no se lo pensó y la volvió a invitar a comer. A lo que ella sin dudar demasiado respondió que sí.
En poco tiempo Óscar y Marta estaban comiendo juntos todos los días, lo que llevó a Óscar a invitarla un día a cenar. Al principio, Marta se negó. Pero después se lo pensó y le dijo que sí.
La cena con Óscar
Quedaron un viernes por la noche. Ese día Marta le digo a Iván que tenía mucho trabajo en la oficina y que llegaría tarde. Eso era algo que ya había pasado en otras ocasiones, así que Iván no sospechó nada.
Resulta que el aniversario de Iván y Marta se acercaba, por eso Iván preparó una cena especial y esperó a Marta. No importaba lo tarde que llegara, qué le iban a hacer si le había tocado trabajar hasta tarde.
Lo que era importante de verdad era que disfrutasen. Pero ya sabemos que la realidad era que Marta estaba cenando con Óscar y no enterrada entre montones de papeleo.
Después de la cena, Marta y Óscar se acostaron, lo que fue la causa de que ella llegara a casa de madrugada. Iván se había quedado dormido en el sofá. Así que ella lo arropó y se fue a dormir.
Oficialmente un triángulo amoroso
A la mañana siguiente, Iván le preguntó a qué hora había llegado y le dijo que la había estado esperando todo lo que pudo. Marta respondió que no pudo terminar antes de la una.
La conversación quedó ahí, y esa noche Marta llegó temprano a casa para sorprender a Iván. En ese momento, Marta pensó que era demasiado fácil y que por qué no iba a aprovechar la oportunidad de estar con los dos hombres que le gustaban. Así que decidió continuar con este triángulo amoroso que duró varios meses.
Iván y Marta rompen
Pero un día Iván descubrió que ella le había estado engañando todos esos meses y cortó con ella en el acto. A Marta se le rompió el corazón y cuando se encontró con Óscar él la preguntó qué la pasaba. Ella le contó la verdad.
Entonces Óscar, que hacia algún tiempo que planeaba pedirle dar algunos pasos más serios en su relación, le dijo que ahí se terminaba la cosa.
Así es como, después de engañar y romper el corazón del hombre al que amaba y también el del hombre por el que sentía pasión, Marta terminó sola y sin consuelo.
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