La escritura automática es una técnica utilizada por algunos médiums para comunicar con los espíritus. Allan Kardec fue uno de los especialistas de esta técnica. La posición varía según el médium: algunos prefieren poner la parte delantera del brazo sobre un plano inclinado, otros dejan el brazo libre de cualquier obstáculo…Una sensación de pesadez invadirá poco a poco el brazo y la mano por encima de la hoja de papel.
El lápiz guiado por el movimiento inconsciente del brazo, comienza a trazar palos, círculos o signos incomprensivos. Pero con el tiempo y la práctica, los garabatos se transforman en letras, sílabas, palabras y frases. Durante esta experiencia, puede que el brazo tenga una sensación de entumecimiento y que la temperatura de la mano que escribe sea fría. Hay que dejarse llevar y sobre todo no asustarse ni dejarse llevar por los nervios al darse cuenta que estamos en un trance ligero, ya que este estado de trance es favorable para la comunicación espiritista.
Durante un tiempo, los mensajes serán idénticos y llevarán la misma firma y tendrán las mismas características. Pero después, súbitamente, la forma y el contenido cambiarán. Este será el presagio de un nuevo contacto con una nueva entidad. No debeis dejaros influir y contentaron únicamente con observar. Puede que la persona que está experimentando el trance escriba en una lengua extranjera o bien haga dibujos. Atención a los dibujos: las estrellas no son signos positivos e indican que el espíritu no es muy simpático o bien quiere asustarle. Los corazones son buena señal.
También evita anticipar las palabras que escribes. Piensa que los espíritus leen perfectamente nuestros pensamientos. Por tanto, no puedes esconder tus pensamientos más íntimos. No dudes en bloquear tus pensamientos en ese momento preciso con el fin de ver si continúa escribiendo o si la frase se para nítida.
Es importante abandonar la experiencia si te sientes angustiado, cansado y si sientes pánico o inquietud. A nivel físico, puedes llegar a experimentar temblores, molestias detrás de la nuca, sensación de opresión,… En estos casos, llama a tus protectores, que te ayudarán. No insistas si no pasa nada durante una sesión: puede ser que estés demasiado sensible o qué el espíritu no tenga suficiente energía para comunicarse. Igualmente, no debemos hacer más de una sesión a la semana, ya que esta práctica requiere de mucha energía por parte del médium. Y recuerda mirar muy de cerca los dibujos. Algunos revelan a veces muy buenos detalles para tu propia seguridad.
Una condición indispensable es el no hacer una sesión de este tipo para ver cómo es esto o para divertirse. Recuerda que esto no es ningún juego.
¡¡El espiritismo no se improvisa!! Una sesión mal preparada puede traerte problemas importantes. Por tanto, antes de intentar lo que sea, te animamos fuertemente a que te documentes completamente sobre el asunto y, sobre todo, sobre el mundo con el que vas a tratar de comunicarte. No olvides estos consejos, pues son fundamentales. El espiritismo puede llegar a ser una técnica peligrosa.
Una técnica muy interesante.!!!