Esta tradición viene de los tiempos hebreos cuando el pacto de sal se utilizaba para sellar acuerdos, amistades o contratos, este tratado consistía en que ambas partes llevaba su saquito de sal que era mezclado en el suelo, una vez mezclada la sal de las dos partes significaba que el pacto o la unión nunca podría separase, convirtiéndose en un pacto para toda la vida. 
Ahora y a día de hoy este ritual es mas parecido a las ceremonias hawaianas que se celebran en la playa. Cada uno de los novios debe llevar un frasquito con arena de su tierra es decir de sus lugares de origen, durante la ceremonia mediante unas palabras se mezcla las dos arenas como símbolo de unión y amor eterno, que será imposible de separar. 
Las qué suelen dirigirse durante la ceremonia de las arenas es; María y José se unen hoy para el resto de sus vidas, siendo testigos de la unión de sus arenas. Una te representa a ti María y todo lo que aportas a esta unión. La otra te representa a ti José y todo lo que aportas a esta unión. Ambos orígenes en forma de arena se mezclarán hoy para no separarse nunca. Siendo el símbolo de lo que fuisteis y seréis. Que esta mezcla selle vuestro amor.