Desde los tiempos más remotos el durmiente ha tenido sueños, tal como lo demuestran diferentes documentos históricos que probada autenticidad. Los sueños han tenido siempre una especial importancia para el hombre, lo que le ha conducido a determinados comportamientos basándose en ellos.
Conviene recordar que aunque se pueden tener, y de hecho se tienen, varios sueños cada noche, habitualmente es el último el que se recuerda. Es curiosos que las personas que mejor duermen, es decir, que no son insomnes, son aquellas que recuerdan con más facilidad y con más detalle los sueños que han tenido. También se han hecho diversos experimentos que han tenido. También se han hecho diversos experimentos que han demostrado que las personas que están más estresadas tienen sueños mucho más angustiosos que quienes gozan de salud mental.
Es imprescindible saber distinguir entre imaginar, fantasear, dormir y soñar, porque a menudo confundimos estos términos y les damos a todos el mismo significado.
Imaginar es una actividad consciente y voluntaria dirigida a la proyección organizada de representaciones mentales.
Fantasear es la actividad semiinconsciente de proyectar representaciones mentales caracterizadas más por la emoción que por la organización.
Soñar es una actividad completamente inconsciente e involuntaria y su recuerdo suele resultar confuso para la mente consciente. De ahí vienen las paradojas con las que nos encontramos al recordar los sueños.
Os dejo una anotación de los tipos de sueños que solemos tener:
Sueños de reajuste
Sueños de satisfacción
Sueños de satisfacción intelectual
Sueños premonitorios
……. Entre otros
cuantos sueños hay..!
que bonito articulo